No comulgo con en el feminismo, ¿y qué?

Las personas que me siguen en este blog y otras plataformas de internet, saben mi posición ante el feminismo, sea el de la primera ola, o la última. Aquellos que me atacan por ello, creen que lo hago por la atención de los hombres, por "alienada" por el patriarcado, y hasta me mandan a leer. Really? NO COMULGO CON EL FEMINISMO, ¿Y QUÉ? Pero, ya les iré desglosando con bases históricas (no es la primera vez que lo expongo aquí en este espacio) sobre  por qué el feminismo se asentó en principios erróneos, siendo esas las razones con las que argumento mi contra a este movimiento.


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Ya que me tachan de "ignorante" en el tema, hablemos de los antecedentes de ese feminismo que se defiende a capa y espada. No importa cuánto haya "mutado", en las bases y sus inicios hubo desaciertos que jamás se han corregido con el paso del tiempo, por lo tanto, no tiene sustento la supuesta igualdad que dicen defender.

Las sociedades han evolucionado con los siglos, lo que hoy vemos con espanto, en el siglo XIX era cotidiano, tal así es el papel de la mujer como esposa, madre y pilar de su marido y hogar. Todas esas cosas, conllevaron a que todo lo que hoy en día se denomina como "sociedad patriarcal", emitiera leyes y normas sociales que limitaban el acceso de la mujer en ciertos ámbitos. No necesariamente significa que ese patrón estaba bien, pero se consideraba que la mujer debía estar al cuidado de los hijos, mientras el hombre buscaba sustento. Sin embargo no se toma en cuenta dos cosas: el hombre era el único proveedor (recuerden que las familias de antes tenían en promedio desde 4 o 5 hijos en adelante), así como también era quien debía alistarse para defender a su patria, y para este último objetivo, fueron las mismas feministas de la primera ola quienes, arrimadas a los más altos poderes militares, solicitaron la obligatoriedad del servicio militar. Ya hablaré de eso más adelante. 

Elizabeth Cady, una de las primeras cabezas del movimiento de mujeres de USA y lideresa de la Convención Seneca Falls organizada en Julio de 1848, cuyo manifiesto fue firmado ese mismo año, enfocó sus objetivos y credos exclusivamente a los derechos de las mujeres e incluso se opuso a las enmiendas constitucionales que protegían a los hombres afroamericanos (recordemos que apenas se estaba aboliendo la esclavitud). Era un poco contradictorio que, uno de los puntos que planteaba dicho manifiesto se relacionaba a la participación de las mujeres en el plano religioso convencidas por la moral cristiana que dicta que todos somos iguales ante los ojos de Dios, olvidando que los dogmas del cristianismo confinaban a la mujer a ciudadana de segunda clase. Bajo la aceptación de los incisos de la Declaración de Sentimientos planteados en la Convención de Seneca, se justificó con el mencionado dogma cristiano, es decir, el filtro de sus postulados no eran las bases legales que, en efecto, debieron hacer al hombre y a la mujer iguales ante la ley. El espectro que se consideró sobre el derecho de la mujer al voto, no tomó en cuenta que, para que se llame derecho, éste no debía ser obligatorio, sino voluntario. Mary Wollstonecraft, quien escribió A Vindication of the Rights of Woman, parecía tenerla más clara, pues en ninguna parte del texto se habla sobre una igualdad sexual de hombre y mujer, o una neutralidad oprimida por una construcción social, más bien se refería a las doctrinas cristianas y bajo este prisma, juzgar la moral de ambos con equidad, especialmente el comportamiento dentro de una sociedad conyugal. De hecho, reconoce que, al ser los hombres quienes estaban al frente de la emisión de leyes, son ellos mismos los llamados a proteger, defender y reivindicar a la mujer. Todo esto ha sido razón suficiente para que el feminismo jamás la considere un referente, sobre todo por su incisiva crítica que infiere que la mujer es menos racional cuando se deja llevar por sus sentimientos. Si Wollstonecraft estuviera viva en este tiempo, ya hubiera sido ajusticiada por una turba enardecida de feministas. 

Casi a la par, unos meses antes, se expidió el Manifiesto Comunista. ¿Qué tiene que ver con la Convención de Seneca Falls o Manifiesto Feminista? Mucho, pues ambos plantean un movimiento heterogéneo liderado por oprimidos que batallan contra opresores, es decir, en un caso, proletarios y burgueses, y en otro, mujeres y hombres, y en ambos, el objetivo es que los unos sobresalgan sobre los otros, unos víctimas y otros victimarios. Ya más adelante, se forma el movimiento de The White Feathers, fundado nada más y nada menos que por un almirante de guerra, en solicitud y apoyo de la australiana y escritora Humprey Ward (ninguna proletaria, por cierto), con el objetivo de avergonzar a todo hombre que se negara a ir al frente de batalla o no usara uniforme. La campaña consistía en colocar una pluma blanca en el pecho con la finalidad de humillarlos públicamente y obligarlos a enlistarse en el ejército sin el más mínimo miramiento de ningún aspecto de su vida. Sin embargo, para Doña Hillary Clinton, la más afectada en este aspecto en la era actual sólo es la mujer, en alguna entrevista dijo gigantesca idiotez. En la década de los 60, apareció Valerie Solanas con su Manifiesto Scum, en el que plantea al hombre como una mujer incompleta y deficiente (¿hallan la contradicción?) en contraparte a los postulados freudianos. Dicha "mujer incompleta", según su teoría, necesitaba buscar a CUALQUIER mujer para autorrealizarse y completarse. Es decir, para Solanas, en su mundito paralelo, el hombre busca equiparar a la mujer, por la envidia que éste tiene de su vagina, creando problemas y conflictos para ser notado. ¿Me estás diciendo (o aceptando) que las mujeres somos más emocionales (o problemáticas) y por ende, más propensas a dejarnos llevar por nuestra emotividad que por el raciocinio? Bien, los invito a hallar cada tropiezo que el feminismo ha planteado por siglos, empujado más por el victimismo que por el mero hecho de establecer igualdad; y sí, las mujeres tenemos las emociones a flor de piel, lo cual no excuye intrínsecamente que los hombres no puedan sentir empatía por los demás. Si así fuera, entonces jamás se sacrificarían por su familia tanto en guerras como en trabajos sean de riesgo y fuerza física, o dobles jornadas. El hombre, siempre ha sido el complemento de la mujer, no exclusivamente como pareja, sino como humano en sí, que pone el equilibrio y el vigor, mientras la mujer pone su pasión y ternura. 

Hablemos ahora de "opresión" en este lado del charco y voy a preguntarte a ti, mujer que me estás leyendo indignada, pensando en cuán cosificada y alienada soy. ¿Tienes derecho a trabajar? SÍ. ¿Puedes irte de vacaciones a donde te dé la gana? TAMBIÉN, ¿Puedes ponerte faldas o vestidos entallados sin que te lapiden? SÍ. ¿Tiene que interesarte lo que las personas, empujadas por el sexismo piensen de ti? NO. ¿Puedes ingresar a estudiar la carrera que se te antoje? POR SUPUESTO. ¿Los empresarios son unos malditos machistas que pagan más a los hombres que a las mujeres, y como resultado de ello existe brecha salarial? NO, y les explico por qué: Las "mediciones" de tal cacareada brecha se hacen en un universo laboral entero, es decir, no toma en cuenta los diversos factores que lo componen tales como horarios, oferta y demanda laboral, años de experiencia, riesgo físico, educación, promedio de horas extras laboradas, pago por horas extras laboradas, cargas, tendencia a elegir puestos de mayor responsabilidad/estrés/mejor posicionados y por ende, mejor pagados (sí, existen estudios y datos estadísticos que avalan esa tendencia que marca la diferencia entre hombres y mujeres), además que es absurdo, por decir lo menos, que un empresario trabaje a pérdida pagando más a sus empleados sólo por tener gónadas, pudiendo ahorrarse miles contratando sólo mujeres. Aquello que menciono sobre la tendencia, se trata de evidencia empírica fundamentada en estudios que demuestran que, por ejemplo, existen más médicos hombres que mujeres, y del mismo modo existen más enfermeras que enfermeros, y en el primer caso, ni siquiera puede inferirse que un doctor gane más que una doctora, y está comprobado que las mujeres eligen trabajos menor pagados que los hombres, por ejemplo una maestra vs. un Ing. Químico, y, ojo, las mujeres SÍ TIENEN LIBERTAD PARA ESTUDIAR INGENIERÍA QUÍMICA. Las mujeres tendemos a elegir horarios de mayor flexibilidad y tomar más licencias o permisos por los hijos, lo cual nos hace menos productivas; entonces, todos esos factores hacen que el hombre perciba mayores ingresos (no que le pagan más por hora), de los cuales, tampoco se toma en cuenta que parte de los mismos en muchos casos, son destinados al hogar. Por excelencia, las mujeres en un accidente, junto a los niños, hemos sido las primeras en ser salvadas o evacuadas, además que, estadísticamente, son los hombres quienes encabezan las listas de suicidio, desempleo y mendicidad, así como también son quienes ejercen únicamente trabajos de riesgo, y como consecuencia quienes sufren accidentes laborales. Y no, el femicidio es una figura jurídica absurda que intenta ponderar la muerte de una mujer por encima de las demás. No, nos matan "por ser mujeres", y las mujeres no morimos sólo en manos de hombres, eso reclamen en Medio Oriente, en donde la mujer es un objeto destinado al sometimiento del hombre. Los hombres mueren en manos de mujeres y hombres por miles de motivos, también sufren mutilación genital injustificada, e incluso, entre parejas homosexuales, ocurren "crímenes pasionales". Occidente es harina de otro costal. Eso no más.

Ahora sí, ¡mándenme una tormenta de arena, amiguitas  (y amiguitos emasculados)! Aur revoir!





Comments

  1. Muy buen artículo, felicidades

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  2. Me leí tu publicación, ya antes había visto video y leído otros artículos sobre el feminismo, me pareció excelente tu forma de pensar y entendí un poco más acerca del tema, sigue adelante, gracias por la información y felicidades.

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