¡La censura ya es de todos!


Cada gobierno entrante, critica lo que los pasados  hicieron o no, tornando inútilmente ese hecho como el patrón de medición y aprobación de la gestión y administración del momento. Este, no ha sido la excepción, y en su retórica, ha visto la imperante necesidad de evocar a partidos políticos que incluso ya están muertos. Sin embargo, no hay la misma libertad cuando se trata de una crítica hacia sus desaciertos.

Durante el mandato de León Febres-Cordero, se conoció sobre su mano implacable contra quienes consideraba amenazas, y eso incluía a sus opositores, como Pancho Jaime, que fue torturado por utilizar el humor para cuestionar las acciones del gobierno social-cristiano. Le costó la vida, y aunque pensábamos que solo en aquella época podíamos ver tales episodios, el pasado sigue aquí, pero revestido de verde y "patria grande".

Desde hace varias semanas, Rafael Correa dio a conocer en su infaltable sabatina, su incomodidad contra un ciudadano común creador de una página en Facebook, Crudo Ecuador, a quien en vez de aplacar, lo lanza a la fama gracias al efecto Streisand del que parece no estar enterado. Dicho malestar, se tradujo en la campaña más descabellada de la historia: la creación del sistema "Somos Más" para perseguir detractores y exponer sus nombres, sistema que incluye página web, bots, trolls, perfiles falsos y seguidores reales que enceguecidos, atizan el fuego en una clara muestra de obediencia sin sentido al llamado de odio contra quienes pensamos distinto a las ideas gobiernistas.

El presidente necesita urgentemente un cambio de asesores, pues por lo visto, los actuales no atinan a decirle que al asumir la persecución de tuiteros y ciudadanos comunes que utilizan las redes sociales como medio de expresión de su descontento y decepción de un proyecto en el que creyeron, se adjudica la responsabilidad de cualquier atentado en contra de quien ose a discrepar a viva voz. Que los aliados correístas no se den cuenta de la gravedad de una frase como "ya veremos cuando el angelito salga del anonimato si sigue siendo jocoso", es una prueba de cuán mancillada está la libertad de expresión y cómo ha cambiado el concepto y percepción de la misma, al punto de no poder emitir un solo comentario que cause escozor al emperador.

El problema de callar a lo que parece un simple creador de memes, no es tan simple como parece, es algo que ya va más allá: quieren callarnos a todos, multan radios y canales de televisión que no hacen lo que dicta el gobierno. Con esto, lo que logran es anular los espacios en donde la protesta ciudadana y las nuevas ideas e iniciativas no puedan canalizarse. Nos están neutralizando a su antojo, solo por no recitar el discurso socialista al pie de la letra. Ahora sí, nos toca unir voces, para no terminarnos de hundir, ¡para que no acaben con nuestra libertad!

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